sábado, 24 de mayo de 2014

El síndrome Tampax y el Arte de Hacer el Oso

La pobreza me garantizó una adolescencia alejado de las modas. Una a una  vi pasar por mi lado con la boca llena de babas las modas de los zapatos Miami Vice, los apaches de colores, las camisa de rayas verticales de varios colores, las Nike borrador o cualquier otra moda que haya pasado en la época. No, yo estaba firme con mis zapatos Croydon y pantalones Caribú.


Las únicas modas en la que estuve a la vanguardia, y de hecho creo haber sido pionero, fue en las que tuvieran que ver con el deterioro: tener los pantalones rotos, o los zapatos sucios por ejemplo. Pero las modas nacidas en la pobreza nacen muertas.

Los adolescentes claman por ser diferentes, haciendo todos lo mismo, así que cualquiera que está fuera de la movida del momento, simplemente poniendo algo de actitud convierte su falta en una diferenciación,  y como diría mi esposa frente a la diferenciación: el perrito que consigue casa es el que se para primero.  

El problema grave es cuando estas out y tienes actitud de estarlo: eso te convierte en el perrito que queda al final y que regalarán a un restaurante chino llamado “El Gran Can”.

Aunque sorteé mi adolescencia con el orgullo intacto, no puedo dejar de sentir que estaba en el lugar correcto pero en el momento equivocado. Como alguien condenado a llegar siempre cinco minutos tarde al paradero del autobús.

Por eso, como mi contribución a las ciencias de la salud me permito definir hoy una patología que acabo de bautizar como síndrome tampax, quienes la padecen poseen la extraña habilidad de estar en el mejor lugar en el peor momento. La verdad el nombre no me tomó mucho tiempo, y explica sobradamente el asunto.

Veo al menos tres tipos de variantes del síndrome Tampax:
  • Fruto del azar: simplemente alguien arriba no te quiere y te figuró. Coloquialmente: estás cagado con el agua lejos.  
  • Por culpa de terceros: puede ser que alguien te haga vudú y te esté chuzando el muñeco para que te jodas. O puede que te pase a lo de los buenos de las telenovelas, que alguien contrata a un actor exclusivamente para que les joda la vida.
  • Auto infligido: Tu propia estupidez te pone en posiciones surrealistas.

Quisiera citar algunos ejemplos:
  • Un vecino que se acerca a un velorio en una casa y en plena entrada saluda a todos los deudos en voz alta diciendo “¿con que de mucho muerto, no?” mientras pone cara de picardía.
  • Una pareja en un motel está en pleno ejercicio de fornicación. Se desprende el ventilador del techo  y cae en la espalda del amante que debe ser entregado a su esposa con un golpe severo en la columna.
  • Un ebrio toma una moto sin papeles, se mete en contravía por una calle y atropella a un guarda de tránsito.
  • El presidente Santos se sube en una tarima y se orina, se monta en una bicicleta y se cae.

¿Se puede curar el síndrome tampax? No se. Y no lo se por que me lo acabo de inventar. Pero lo que si es que el tema es de actitud: si igual va a quedar mal hágalo con estilo. Eso no elimina la mala pata, pero la hace intrascendente, o al menos jocosa.

Al menos en ese tema los hombres le vamos ganando a las mujeres. Por su obsesión por los detalles a las mujeres les cuesta hacer el oso con estilo. Piense que a una fiesta llegan dos personas exactamente vestidas. Si son dos hombres, con toda seguridad terminan de amigos y al final de la fiesta hacen coreografías mientras dicen que trabajan en la misma orquesta. Si son dos mujeres seguramente salen corriendo de la fiesta echándole la madre al que les vendió el vestido.


Alguien le bajó la pantaloneta de baño en un paseo familiar: no se tape ni se apene. Salga corriendo empeloto detrás del que lo hizo. La pena es la misma, pero usted no se rajó. Cierto: va a quedar con cierta fama de violador de mangón, pero en tal caso nadie dirá que usted no sobrevivió al Síndrome tampax. 

domingo, 11 de mayo de 2014

Despecho guaricho


No  es que me guste la música de despecho, pero tengo que reconocerle que en aras de expiar la tusa se permite decir cosas que los demás géneros musicales no pueden albergar. Del mismo modo que el reggaeton encontró al menos cien términos que significan fornicar, la música de cantina encontró mil variaciones para el acto de echarle sal a la herida. Si usted quiere sentir el destilado más ácido del odio, la mala leche y el desengaño, siéntese a oír música de despecho.  Todo el código penal está metido en unas pocas líneas.

Si a su tusa le suma unas doce cervezas o tres medias de aguardiente usted estará preparado para cometer el crimen que sea. Muchas veces me pregunté como eran posibles noticias de crímenes como los titulares de arriba. Hoy lo entiendo: seguro que nacieron de la combinación de Tusa + Música de despecho + Aguardiente. Para colmo de males, cuando le metan preso, se dará cuenta que la música de despecho de la banda sonora oficial de las cárceles colombianas.

Un pasada rápida por una emisora conducida por un tusologo reconocido deja oir las siguientes frases: “..tienes el alma negra..no creo en tu querer” ”..maldita sabandija, animal rastrero, culebra pozoñosa” “ siento como un volcán en mi cabeza y mi sollozo es un grito funerario” “amargado porque tengo un cruel tormento, nadie puede comprender mi padecer, y me dicen que hombre macho no se humilla ante el desprecio de una mala mujer” “yo solo te digo que hay muchas mujeres, y yo por ti nuca me echo a morir”

Piense en un tipo cualquiera que un día llega de improviso a su casa y encuentra a su esposa en pleno fornicio con algún conocido, ojalá con el niño chiquito dormido en su cuna, sale para la cantina, se pone la dosis de alcohol suficiente para ahogar la tusa y escucha esta canción, imagínesela cantada por Las Estrellitas, o por Las Dalias (si no tiene ni idea quienes son vaya a Youtube y busque , va a ver lo que es bueno)

Guaricha
Estoy aquí sentado frente a tu tumba,
nadie una flor te vendrá a poner aquí.
Ni la maleza crecerá sobre tus huesos
por el dolor que me causaste a mi

Tu para mi fuiste todo en la vida,
cuanto tuve yo me lo gasté en ti,
viajes y joyas, todo lo que querías
como una reina te puse yo a vivir.

Pero la cabra siempre para el monte tira
Poca cosa te importó a ti mi sufrir
Te acostaste con el que se te aparecía
En nuestra cama tú me traicionaste a mi

Todo lo nuestro por licor tú lo vendías,
por muchas noches no arrimabas por aquí
Irte a sacar de moteles y cantinas
Fue la gran vida que me diste tú a vivir

Hasta que un día con lágrimas en los ojos
en el balcón en silencio me acerqué
suavemente tú volaste por diez pisos
Y  ahora yo ya comienzo a ser a ser feliz

Y cuando llegue viejito yo hasta el infierno
el diablo ya estará aburrido de  ti
y arrancaré con gusto a pagar mis culpas

feliz de verte ardiendo guaricha infeliz.


Aqui un videito ilustrador del tema en Youtube

viernes, 2 de mayo de 2014

Yo vs lo Paranormal


Desconfió de los astrólogos, médiums y adivinos. Y si hay casos inexplicables que me hagan dudar no quiero saber de ellos y me enojo con el que me los cuente. Ya me cuesta trabajo lidiar con lo normal, como para encima de todo sumarle lo paranormal. Mi única neurona está a reventar tratando de sobrevivir la realidad, como para que ahora me vengan a decir que hay más realidades.

Hace unos años un tío compró un gato hidráulico marca Snap On que cargaba en su carro y que le había costado una pequeña fortuna. Nunca lo vi usarlo, pero si lo sacó muchas veces del baúl para enseñarnos la calidad del aparato en mención. En una ocasión le abrieron el baúl y un ladrón se le llevó el flamante gato. Mi tio, por supuesto, empezó una campaña para recuperar su gato: averiguó en el barrio, con los malandros de confianza, con la policía, con los talleres… y nada parecía funcionar. Alguien le recomendó que fuera a una consulta con la bruja del pueblo, la Vieja Cecilia, aunque reacio, decidió asistir pues ese gato bien valía la pena.

Tras pagar una cifra apreciable de  dinero entró en un salón oscuro con una bola que cambiaba de colores encima de la mesa. El recinto olía a diferentes hierbas en sahumerio y las paredes estaban llenas de imágenes de diversos santos, algunos conocidos y otros no tanto. Incluso le pareció ver un transformer en la multitud de figuras. La voz chillona de una señora mayor le dijo: “¿hermano, que te trae por aquí?”. Mi tío le explicó que tenía un gato al que le tenía mucho aprecio y que alguien abrió el carro y se lo robó, y que acudía a ella para recuperarlo. La bruja Cecilia, con un trapo de colores en la cabeza, le hizo desnudarse y untarse un líquido amarillo que le ayudaría a sacar las malas energías, luego le pasó un tabaco entelerido del cual debía fumar solo tres chupones, mirando cada vez hacia una pared distinta. Le pasó el tabaco y la bruja Cecilia empezó a rezar entre dientes una oración extraña con palabras parecidas a las del Wuaka Wuaka. Se quedó mirándole fijamente a los ojos y le dijo: “alguien le desea el mal, debemos hacer varias sesiones para alejar esa maldad de su camino”.  Volvió a susurrar “Tsamina mina, eh eh, waka waka, eh eh Tsamina mina, zangaléwa” y luego con voz profunda le dijo: “siento mucho decirle esto, pero el que se llevó su gato lo mató envenenándolo y con el cadáver harán un entierro ”. Mi tio salió semi empeloto, se subió en su carro y se largó, para luego descubrir que donde la bruja le habían robado la llanta de repuesto y otro gato que había comprado para reemplazar el robado.

Debido a esto mi contacto con lo paranormal quedó clausurado. Tal vez lo único que me permito es leer los horóscopos. Los horóscopos y el arroz chino tienen algo en común: están llenos de basura, y lo peor, como diría Helenita, es que así los amo yo.

Leo horóscopos muy de seguido, y no les creo, pero tengo que confesar que en épocas difíciles las pendejadas que dicen me resultaron reconfortantes. Si nos atenemos a la calidad de la estadística de Calle 13 cuando dice que en este mundo hay seis mil millones de habitantes, quiere decir que hay al menos 500 millones que tienen en común su signo, así que el que hace un horóscopo tiene la responsabilidad de decir algo que le calce a  doce veces la población de Colombia. Por eso toca decir cosas evidentes. 

Por ejemplo: “No te excedas con las grasas, le harán mal a tu salud”, alguien lo lee y dice “mierda, yo que iba a comer fritanga hoy!!!! Esto si es exacto!” otro lo leerá y dirá: “uff si ve! debo dejar de fornicarme a la gordita de la esquina”

Estos son ejemplos del día de hoy:
  • En el sector profesional, el Tarot le recomienda tener cuidado en sus proyectos personales y evitar que sus colegas quieran apropiarse de sus buenas ideas. Evite las comidas demasiado condimentadas, porque puede sufrir de dolencias estomacales. Meditar es una buena opción para gozar de una excelente salud.

 O que tal este:
  • No te dejes influenciar por aquellas personas que solo hablan de enfermedades y problemas de dinero. Te acabarían transmitiendo su pesimismo. Disfruta de la vida con tus allegados.

O este:
  • Deberías prestar más atención a tu entorno, porque es posible que alguien a quien quieres necesite tu ayuda, pero quizá no quiera pedírtela.


Sonsos. Esto le pasa a cualquier Colombiano: trabaja con envidiosos, los condimentos le dan eructadera y diarrea, le toca meditar pues no hay para ir a cine, y está rodeado de vaciados igual que él indecisos acerca de pedirle un préstamo.