viernes, 12 de diciembre de 2014

Foto Aleta

Hace un tiempo me tocó asistir a la inauguración de una tienda de decoración, a la cual fueron invitados, para resumirlo, dos grupos de personas: posibles clientes, gente de clase alta o un poco más; y un grupo pequeño de personas que tuvimos algo que ver con la construcción de la tienda, todos obviamente, de la base de la pirámide, e incluso de los drenajes de la misma.

No habían pasado 10 minutos desde nuestra llegada al evento y los básicos ya estábamos agrupados en una esquina del sitio hablando entre nosotros. Algo incómodos por haber desempolvado el pantalón y los zapatos del matrimonio, nuestro primer instinto fue aglutinarnos en una esquina como si nos fueran a capturar por algo. Imagino que desde fuera se oía nuestra conversación como un concierto para delinquir.

Los clientes potenciales de la tienda se movían con soltura por todos los espacios con una copa de vino en la mano y se relacionaban entre ellos de manera natural, el típico murmullo de coctel con una música de piano se oía en el fondo.

Y en esto concluyo una cosa: los pobres venimos totalmente programados para formar guetos ruidosos con alta densidad de población, y con apariencia de conspiradores.

Cualquiera puede sugerir que entonces si no quiere pasar por pobre muévase del gueto a otro sitio. No funciona. Yo lo intenté, me moví a otro sitio y a los 5 minutos el gueto se había movido a donde yo estaba. Primero arrimó un amigo y me dijo: ”¿y usted a que se vino acá?” y se puso a hablar conmigo, luego el siguiente arrimó: ”¿y ustedes de que hablan?” . Del cuarto en adelante todos dijeron “ ¿andan escondidos acá no?“. Mire en una ciudad, cuando un pobre se muda de barrio por creerse de mejor familia, muy pronto varios de sus vecinos se mudarán a su lado en la nueva sede del gueto.

El caso más dramático de todos fue el de las fotos. Un fotógrafo de sociales de un periódico local asistió a la inauguración y recorrió toda la tienda fotografiando a los asistentes para sacar a final dos o tres fotos que se publicarían del evento. Cuando llegó al gueto a tomarnos una foto lo primero que hicimos fue amontonarnos y poner los brazos en los hombros del vecino. Error. Así no se sale en las fotos sociales.

El fotógrafo nos dijo: “sepárense, no se abracen, no se amontonen, sonrían levemente”. Luego: “no se hagan tan lejos, no pongan cara de serios, usted no se acuclille “. Luego de un largo rato logró tomar una foto que con toda seguridad borró apenas salió del gueto.

Fuera del gueto los otros asistentes se juntaban naturalmente y cumplían todas las reglas planteadas por el fotógrafo sin tener que explicárselas. Cada foto duraba máximo medio minuto, en lugar de los diez que duró la malograda foto del gueto.

Mi teoría es que los pobres venimos programados para tres tipos de fotos, que a su vez se separan en dos grupos diferentemente influenciados: con y sin influencia del reggaeton. Si la foto lleva influencia del reggaeton es igual que la otra, pero todo mundo usa cachuchas mal instaladas en la cabeza, gafas chinas que quieren ser Ray Ban, y tiene actitud de atracador de esquina marginal, que muestra su mano empuñada con dos dedos levantados imagino que invocando al maligno.

La foto de montonera o de equipo de futbol. En lugar de que el fotógrafo se corra hacia atrás la gente opta por amontonarse y normalmente las cabezas de los del gueto se inclinan hacia un lado, para que si no sale la barriga al menos salga la cara del paciente.




La foto legal: cárcel o cedula. Uno queda con cara de puto. No vale si es bonito o feo, uno queda como si fuera una huella digital con ojos. Mira absorto, con cara de drogo y con un gesto del que quiere matar a la suegra con un mal de ojo.




La foto individual o coqueta. También se separa con y sin reggaetón. Pero en general se trata de una foto muy improvisada en la que salen de fondo las señas de su estrato socio económico (cortinas, tendederos, paredes en obra negra, o en el mejor de los casos el gobelino de los perros jugando póker). Esta foto tiene por objeto seducir a alguien, con una pose que incita el deseo.


La pobreza en esto se parece a una adicción: inicia por la negación. Hágase estas preguntas:
·         ¿Usted ha arreglado las extensiones de navidad del año pasado con bombillos que saca de otras extensiones, hasta lograr una extensión frankestein que alumbra con estertores arrítmicos?
·         ¿Usted ha hecho o vio hacer bolas de jabón azul que se guardan para cosas como lavar traperos?
·         ¿Tiene una bolsa que como una nave nodriza guarda otras bolsas adentro, que a su vez guarda más bolsas adentro, que sirven para evitar comprar bolsas para la basura?
·         ¿Uso ropa de sus hermanos  o primos cuando era pequeño? ¿aun la usa hoy?


Si su respuesta es si, le  garantizo que usted tiene fotos de los estilos arriba mencionados en su álbum. Búsquelas, no se avergüence, hace poco leí que si uno no logra encontrar en su familia a una sola oveja negra lo más probable es que uno sea la oveja negra de la familia.

domingo, 31 de agosto de 2014

Carta de despedida a un amigo entrañable

Ante la pregunta de por que los perros viven menos que la gente un niño contestó: "los perros viven menos que la gente por que a este mundo venimos a aprender como vivir una buena vida, como amar a los demás todo el tiempo y a ser buenos. Como los perros ya saben como hacer todo eso, entonces no tienen que quedarse tanto tiempo con nosotros" 

Querido Bruno

Con los ojos aun empañados por las lágrimas siento el deber de escribir algunas palabras en tu memoria. Los recuerdos son frágiles y solubles  y lo último que quiero es dejar que el olvido se lleve los maravillosos momentos que compartimos en estos quince años.

No es posible que tuvieras un mejor inicio en nuestra historia: fuiste un regalo que le di a mi entonces novia y que hoy es mi esposa y la mujer de mi vida. En el mejor de los sentidos tu aparición en nuestra historia fue una muestra de amor.

Supuestamente eras un labrador, pero en un momento dado tus orejas empezaron a apuntar hacia arriba y luego de un tiempo nos dimos cuenta que de hecho eras un hermoso perro Akita. Aquí entre nos, decíamos que eras un labrador enrazado con murciélago. Como buen Akita tenías una personalidad fuerte, cuidabas de todos nosotros con dedicación y nos hacías sentir tu cariño a cada instante.

El primer recuerdo que tengo de ti es de la primera comida que comiste. Fue tanta que la barriga te arrastraba y casi no podías caminar. Desde pequeño fuiste muy muy mimado: recuerdo que mi novia te dormía en su regazo y que cuando salíamos ella y yo debíamos volver temprano, pues si no llegaba empezabas a llorar y gruñir por que ella no estaba para acompañarte..

Tus travesuras de adolescente fueron memorables. Al frente de la casa había un lote donde levantaban ganado, tú te salías de la casa y te metías en los bebederos de las vacas y las ladrabas y las espantabas, hasta que al que cuidaba el ganado le tocaba venir a decirnos que te sacáramos de allá.

Tu bronca con los vendedores ambulantes fue permanente, creo que le dedicaste a eso más energía que a nada, tu estrategia era esperar agazapado en silencio en que pasaran justo al lado de la reja del antejardín y luego saltabas de la nada y tratabas de quitarles algo de lo que llevaban. Recuerdo dos ocasiones: en una te llevaste dos galletas costeñas y en otra unas chancletas que pasaban vendiendo.

Tus odios fueron siempre bien claros: El carro de la basura y un Pinscher llamado Mirto. Mirto era un perro pequeñito que se dedicaba a fastidiarte al otro lado de la reja del ante jardín, hasta que un día, para su mala fortuna, la reja estaba abierta. Nadie te culpó por la paliza que le diste, pues por cruel que suene, la tenía merecida, y eso lo sacó de circulación por algunos días.

El error de Mirto también lo cometió un vecino al que le gustaba fastidiarte la vida. Hoy, ya mayor, tiene un par de marcas de colmillos en la pantorrilla. Fresco, sabemos que también lo merecía. Nunca un solo acto de tu vida fue con mala intención, pero nunca te guardabas nada.

El gesto que más recuerdo de ti es el de acercarte cuando uno estaba acostado en el sofá y tratar de meter la cabeza entre el costado de uno y el sofá para restregarte la nariz y empezábamos a decir “ya llegó la vaquita a empujar…”. También recuerdo que saltabas mucho: te poníamos con las piernas o con los brazos barreras para que lo hicieras cada vez más alto y nos divertíamos cantidades jugando con el perro saltarín.

Te recuerdo echado de panza en el riachuelo de la finca encantado de estar empapado. Te recuerdo persiguiendo un conejo que no sabemos como encontraste en un rincón de la finca y recuerdo también que cazaste una gallina que nos tocó pagar y volverla el almuerzo de ese día.

Tu vejez fue muy digna, tu trompa se volvió blanca y tu andar lento. Cada vez dormías más y de los recibimientos alborotados de la juventud pasaron  a un gesto con la cabeza y las orejas y una mirada de ese cariño infinito que siempre vimos en tus ojos. Hasta el último de tus días, y pese a lo disminuido de tu salud siempre tuviste para nosotros una manifestación de alegría al vernos.

Quince años es mucho para un perro, pero no es si no una fracción que hubiésemos querido tenerte a nuestro lado. Eras familia, y la familia se quiere con toda el alma. Y por eso fue tan difícil tomar la decisión de parar tu sufrimiento y dejarte descansar. En un momento dado concluimos que estábamos siendo egoístas y que solo por tenerte a nuestro lado, y tal vez temiendo este dolor, te haríamos atravesar por una pena innecesaria, y no era justo que hubieras tenido una vida de perro feliz y darte un final agobiante.  

Te vamos a extrañar mucho. Seguramente el vecino que te traía un paquete de rondallas todas las tardes luego del trabajo en unas cuantas ocasiones se encontrará con galletas y sin Bruno.

No se que haya al otro lado cuando uno muere, pero te mereces la mejor opción de lo que sea, por que llenaste nuestra vida de un cariño infinito e incondicional.


En este punto y hora pienso que las personas en este mundo tan sofisticado buscamos con ansias evidencias  de Dios y dejamos de percibir que cosas tan simples como el amor de una familia y su perro encierran una grandeza insondable de su naturaleza divina.


Adios Bruno. Se feliz en donde estés.

lunes, 18 de agosto de 2014

Carta a los señores de los cereales en caja

Señores de los cereales en caja:

He venido pensando desde hace mucho tiempo que ustedes han perdido una gran oportunidad de mercado al no quererse adaptar a la cultura local, si no en forzar que el mercado se adapte a ustedes. No piensen en mi sugerencia como un acto de protesta como los de izquierdosos de universidad pública, con bolsita tejida que dice Colombia y gafas tipo John Lenon. No, ni de fundas. (Conocí muchos de estos tipos en la universidad y hoy son simplicios funcionarios públicos al servicio de la maquinaria contra la cual protestaron. Con su cerebro ya domesticado por las hectáreas de yerba que se fumaron, y con una colección de elepés de Mercedes Sosa y Silvio Rodríguez que esconden de sus hijos). Lo mío es una consideración de vil mercado, al cual sirvo con la fidelidad de testigo de Jehová.

Ustedes han forzado que introduzcamos en nuestro lenguaje del día a día términos como Froot loops, o como Corn Flakes, pero si se tomaran el trabajo de adaptar sus nombres de producto a cosas conocidas localmente seguramente ganarían un mercado de manera más natural y con el afecto de los nativos.

Piensen en los señores que venden cerveza, ¿acaso ellos se pusieron a vender cerveza Miller de entrada?, no! Se buscaron nombres de cosas cercanas como Poker o Costeña, o Cola y Pola…. Eso les permitió volverse de la familia, y luego empezaron a introducir otro tipos de cosas en el mercado.

He pensado una serie de productos que vendrían bien dentro de este propósito, que sin ninguna reserva pueden usar sin que yo les cobre un peso por la inspiración.

En lugar de los choco crispis, representados por un elefante de los cuales aquí hay solo unos cuantos torturados en circos y zoológicos, propongo los chori crispis: pequeños choricitos llenos de sabor, y el animalito que los anuncia podría bien ser un marranito, podrían combinarse con otros cereales en forma de arepita pequeña y se ganarían el mercado de todos los que almuerzan corrientazo y se identifican con el chorizo con arepa. Y la propaganda del elefante con traje de astronauta podría reemplazarse por la del cerdito elegido en un bus de Transmilenio en hora pico. Obviamente el cerdito no podría llamarse Melvin, podría tener un nombre más local, como Gilberto, Chucho  o algo así.

Los froot loops con su tucán (aquí si hay, pero en sitios donde está la guerrilla) podrían adaptarse un poco a los chunchu loops, aritos de chunchullo con vivos colores, y la imagen podría ser una lora diciendo la frase que toda lora en este país dice : “¿quiere cacao?”. La lora Obviamente debería llamarse pastora, o de cariño, Pasti

Corn flakes podrían ser simplemente nachitos (que no son de aquí, pero es como si lo fueran), aquí si dejaría el gallo, pero le cambiaría un poco el look que tiene hoy de Gallo de Disney. No, yo sugiero un gallo de los de acá, un gallo grande con cara de haber pisado 20 gallinas antes de tomarse la foto, macho machote. Tampoco un gallo de pelea, por que me parecen afeminados con sus patas depiladas…


Otra cosa es la leche: a muchos nos cae mal, pero si los cereales se pudieran combinar con cerveza ganarían el mercado de la venta en cantinas y metederos del cual hoy carecen. Imagínese un borracho levantándose a trabajar un lunes y sirviéndose un plato saludable de chunchu loops con cerveza.

Ahora bien: este es el país donde todo lleva arroz y lleva papa, así que resulta imperdonable que no tengan un cereal que refleje esto. ¿Por que no un papi crispis?  Imagínese el aviso gigante en las tiendas: “ Papi crispis, ahora con hogado” Y la imagen podría ser un tierno muñequito con ruana y sombrero.  Nada más de “Saca el tigre que hay en ti”, eso suena como una propaganda de estimulante sexual, además aquí no hay tigres. Sonaría mejor “con Papi Crispis dale duro a la vida…” o " Mata esa gorobeta!!!"    

Atentamente ciudadano desinteresado que les quiere ayudar.


Posdata:

Les expreso mi ira e intenso dolor pues por culpa de ustedes y las bolitas de colores desaparecieron los Gudiz del mercado. Yo, y todos los adictos de Gudiz que se respeten, les expresamos nuestro rechazo. La desaparición de los Gudiz, el Cal-c-tose y el boliqueso dejaron devastada toda una generación de hombres buenos.   


sábado, 2 de agosto de 2014

El defensor del Arsenal



Para pagar mi universidad tuve infinidad de trabajos: encuestador, dibujante arquitectónico, pintor de murales, repartidor de almuerzos, programador de software y ayudante de sastre (o planchaor para que suene gitano) fueron algunos de ellos. El más pintoresco de todos me pagó cuatro semestres de universidad y el nombre de cargo más aproximado hoy sería el de Auxiliar de Prostíbulo.

Era la primera parte  de los años 90 y en medio del florecimiento de los comerciantes de alto riesgo el dueño de una discoteca de medio pelo decidió que al negocio había que meterle algo más enganchador, así que le puso niñas ligeramente vestidas que tres o cuatro veces por noche hacían shows de striptease y adicionalmente para los interesados podrían prestar sus servicios sexuales en un cuarto en un rincón, que era una pocilga cobrada a costo de Suite del Sheraton.

Ese cuarto era el eje del sitio: allí fornicaban con los clientes, allí se cambiaban antes y después de los stripteases, y (este es un secreto solo revelado hasta hoy y conocido solo por un cerrado circulo de 50 personas) allí quedaba la caja fuerte del negocio donde varias veces por noche se guardaba el dinero de la venta. Allí junto a la caja fuerte quedaba el arsenal.

El arsenal constaba de cinco consoladores de goma de diversas formas y tamaños. Particularmente había uno que parecía en forma y tamaño a la pata de un butaco. Dejé de trabajar allá y nunca vi que nadie lo usara. Yo esparcí el rumor que la última mujer que lo había usado había muerto, y que cuando la discoteca estaba cerrada en el cuarto se oían sus gemidos.  Tal vez esa fuera la causa.

Estos negocios tienen su propuesta de valor basada en tres cosas:
  • ·         Alcohol, a raudales, así se embellece lo que sea.
  • ·         Oscuridad que impide ver los detalles
  • ·         El exceso de maquillaje  y perfumes

La saturación que la combinación de estas tres cosas logra en los sentidos hace que una especie de Pokemón en chanclas que llega a las 8pm al negocio se convierta en una belleza a lo Taliana Vargas y de ahí en adelante usted como cliente está llevado y condenado a amanecer dormido junto a la señora de Chucky.

Mis funciones eran las siguientes:
  • ·         Manejaba las llaves del cuarto. Por tanto, salvo las fornicaciones, yo debía permanecer allí mientras alguien estuviera usándolo. En las fornicaciones lo que tocaba hacer era que al salir el usuario yo debía entrar corriendo y validar que lo único que no hubieran violado fuera la caja fuerte.
  • ·         Era barman de un sitio que solo vendía aguardiente y vino de manzana. Así que mi conocimiento de cócteles era nulo. Lo más aproximado a un coctel que hacía era recoger cuidadosamente todos los sobrados de aguardiente que quedaban para al final de la noche tener una botella completa, que vendía en efectivo al primer ebrio que lo necesitara. Si, lo sé, es un crimen, es cochino, pero pagó mi universidad.
  • ·         Era escolta de desnudista, me explico: cuando una de las muchachas iba a hacer su show me tocaba acompañarla al único cuarto del sitio para que se pusiera su atuendo artístico, para que eligiera del arsenal el aparato con el cual iba a hacer su show y finalmente la llevaba hasta la pista. Durante el show vigilaba que nadie fuese a propasarse con la artista en ejercicio, y al finalizar el show me tocaba envolver a la dama en una toalla y conducirla al cuarto donde debía ducharse y volver a salir en traje de romance. Recibía de nuevo el aparato y lo guardaba en el arsenal.
  • ·         Asesoraba en los clientes en la escogencia de la chica de sus sueños. Esto funcionaba como cuando en un asadero el mesero le pregunta “¿su carne en que término la desea?” y cuando el mesero llega a la barra no le dice a nadie nada y usted recibe siempre la carne como caiga. “Hermano, decían los borrachos,  consígame una vieja bien buena que me acompañe aquí y le doy su propinita”. Yo me arrimaba al sitio donde estaban los Pokemones esperando llamado y le decía a cualquiera que se acercara a la mesa. Siempre obtuve propina por tan buena escogencia, y cuando más me daban propina era cuando les llevaba los gurres mas horrorosos. El azar apoya la desidia.

El show en si mismo era una rutina simple. Era en la pista o en el tubo. Un disco que normalmente uno de Alejandra Guzman donde decía que estaba loca o Dur Dur D'étre Un Bébé de Jordy*. Nunca entendí por que eran estos discos y no otros, nunca supe quien los eligió o por que. Pero funcionaban y así se quedaron. Lejos de la sofisticación de Leave your hat on o algo así…..

Luego venia la función con la elección del arsenal, debidamente recubierto, que causaba asombro y recalentamiento en la clientela. Vale la pena aclarar que eran los 90, es decir, los juguetes sexuales eran cosa mitológicas que gente traía de otras partes, como el que tiene una Matrioska en la sala de la casa. No como hoy que los consoladores salen en los corn flakes y uno le regala a la suegra de cumpleaños. Y las hijas de 15 años piden uno en lugar de una fiesta con vestido rosa.

Recuerdo mucho al DJ del sitio. Era defensor de la marihuana para fines no medicinales, entraba en “flow” con la gente y ponía muy buena música. Eso si, era un cuadrúpedo al hablar. Recuerdo bien una vez en que dijo esto: “Señoras y señores, ahora nuestras lindas chicas van a salir a la pista y les van a deleitar con una hermosa ecografía” y otra vez: “..aqui les pongo el éxito de Tito “Ahora contigo” por que sintigo yo soy nada”

Mis primeras dos o tres semanas en el cargo fueron muy duras, literalmente. Yo, universitario inocentón, viendo tres stripteases por noche me hallé de pronto en el paraíso del morbo con un sistema circulatorio que trabajaba a la perfección. Luego uno se acostumbra y ya finalmente se queda dormido mientras hacen los shows, o aprovechaba para hacer tareas de la universidad. No fueron pocos los trabajos de resistencia de materiales que me tocó preparar durante stripteases. Supongo que resolver un ejercicio de ingeniería mientras ocurre un striptease en una discoteca habla mucho de mi poder de concentración.  

Cuando tenga hijos y a esos hijos tenga que contarles esos cuentos con pretensión de parábolas que le cuentan a uno sus papás, con la intención de guiarlos por el buen camino, me va a tocar pensar como disfrazar esto de tal manera que me salga como el Cirqué du Soleil.


*Jordy era un niñito francés de 4 años que salía haciendo Playback, y la letra del disco decía algo así como “que duro es ser bebé”. Hoy, supongo, debe ser un veinteañero adicto a algo y con papás que lo dejaron en la quiebra. https://www.youtube.com/watch?v=poDszZmN9pU

Ahh y esto es una Matrioska



sábado, 21 de junio de 2014

Estoy en forma: de buñuelo



Es un sueño hecho realidad. Ahora pertenezco a un grupo marginado por la sociedad, después de ser por tanto años un insípido ciudadano del común, ahora pertenezco a un grupo marginado y rebelde: los gordos. Y no es que hasta ahora sea gordo, es que hasta ahora me doy cuenta de que pertenezco a una especia de secta que está acabando con el mundo.

Últimamente me siento como en una película de Zombies donde corro con una escopeta en la mano y me encuentro en el camino con vendedores de Herbalife, nutricionistas, panaderos o cocineros de hamburguesas que me quieren depredar.

Hace unos días me llamaron de una clínica especializada en cirugía bariatrica. Amablemente me ofrecieron sus servicios un psicólogo (no creo que fuera muy bueno porque a los dos minutos de  estar hablando ya me dijo que sin lugar a dudas era apto) un cirujano y un abogado que se encargaría de la demanda a la empresa de salud para que me aprobaran la cirugía. Resultados garantizados. En otras palabras: Ya padezco una condición que hace necesario que recurra a un pool de personajes siniestros para poder ser sobrellevada, como cuando Al Capone llamaba a sus abogados.

En este mundo de flacos con calzoncillos de Calvin Klein ahora yo soy un apátrida seguidor del culto diabólico a Kung Fu Panda o emulo de Peter Griffin. Que cosa tan terrible y emocionante a la vez. Eso me pone en la necesidad de evaluar los pros y los contras de mi despreciable condición

A favor. Presunción de ser buena papa: No hay gordos malos, todos los gordos tienen fama de bonachones. Los niños regordetes son queridísimos, los flaquitos y enteleridos se la pasan en el pediatra con un termómetro en el trasero. En las películas generalmente los regordetes son buenos (salvo el gordito maluco de Jurassic park que se robó los huevitos de Dinosaurio). Es gordo papa Noel, es gordo Barney (aunque lastimosamente creo que también es marica). Uno no imagina raponeros gordos, por ejemplo.

Contra. Hito cartográfico: “señor, ¿Dónde queda la floristería?. Mire allá, allí donde está el gordito… si lo ve?”,”…señora, ¿me puede decir que es lo que está comiendo el gordito?”

Contra. Ser target: ¿Han visto cuantas propagandas hay que ven a los gordos como mercado objetivo? Desde Jorge Hané con una barriga hecha de manteca hasta fajas, elípticas, ungüentos, pomadas, masajes…..la lista no acaba nunca y solo es superada por la lista de quienes venden cosas para engordar (McDonalds, Coca Cola, Postobón, Kokoriko, Dunkin Donuts y mil mas). Hasta cuando uno pasa al frente de una panadería oye como sube el tono de la vendedora que grita a todo pulmón “…salió el pan de mil calientico”.   Los que dan degustaciones gratis en los supermercados te persiguen son un pedazo de salchicha engarzada en un palillo y te dicen con voz meliflua “le ofrezco la degustación de nuestra nueva salchicha sin carne, solo químicos”

A favor: Los bolsillos de los pantalones son fabulosos. Cabe un ipad con estuche y todo. Caben la billetera, dos celulares, las llaves de tres carros.

Mala cosa: presunción de problemas gástricos. Si un gordo está en un grupo de gente y de repente huele como a que alguien soltó un gas, todos pensarán que el gordo fue el culpable. De hecho incluso el gordo lo pensará por un momento.

Ya le he dicho a los dos o tres que leen este blog que admiro a Buda. Y ahora que lo pienso admiro otra cosa más de él. Es el único gordo que conozco que puede sentarse en posición de flor de loto. ¿cómo hará?

sábado, 24 de mayo de 2014

El síndrome Tampax y el Arte de Hacer el Oso

La pobreza me garantizó una adolescencia alejado de las modas. Una a una  vi pasar por mi lado con la boca llena de babas las modas de los zapatos Miami Vice, los apaches de colores, las camisa de rayas verticales de varios colores, las Nike borrador o cualquier otra moda que haya pasado en la época. No, yo estaba firme con mis zapatos Croydon y pantalones Caribú.


Las únicas modas en la que estuve a la vanguardia, y de hecho creo haber sido pionero, fue en las que tuvieran que ver con el deterioro: tener los pantalones rotos, o los zapatos sucios por ejemplo. Pero las modas nacidas en la pobreza nacen muertas.

Los adolescentes claman por ser diferentes, haciendo todos lo mismo, así que cualquiera que está fuera de la movida del momento, simplemente poniendo algo de actitud convierte su falta en una diferenciación,  y como diría mi esposa frente a la diferenciación: el perrito que consigue casa es el que se para primero.  

El problema grave es cuando estas out y tienes actitud de estarlo: eso te convierte en el perrito que queda al final y que regalarán a un restaurante chino llamado “El Gran Can”.

Aunque sorteé mi adolescencia con el orgullo intacto, no puedo dejar de sentir que estaba en el lugar correcto pero en el momento equivocado. Como alguien condenado a llegar siempre cinco minutos tarde al paradero del autobús.

Por eso, como mi contribución a las ciencias de la salud me permito definir hoy una patología que acabo de bautizar como síndrome tampax, quienes la padecen poseen la extraña habilidad de estar en el mejor lugar en el peor momento. La verdad el nombre no me tomó mucho tiempo, y explica sobradamente el asunto.

Veo al menos tres tipos de variantes del síndrome Tampax:
  • Fruto del azar: simplemente alguien arriba no te quiere y te figuró. Coloquialmente: estás cagado con el agua lejos.  
  • Por culpa de terceros: puede ser que alguien te haga vudú y te esté chuzando el muñeco para que te jodas. O puede que te pase a lo de los buenos de las telenovelas, que alguien contrata a un actor exclusivamente para que les joda la vida.
  • Auto infligido: Tu propia estupidez te pone en posiciones surrealistas.

Quisiera citar algunos ejemplos:
  • Un vecino que se acerca a un velorio en una casa y en plena entrada saluda a todos los deudos en voz alta diciendo “¿con que de mucho muerto, no?” mientras pone cara de picardía.
  • Una pareja en un motel está en pleno ejercicio de fornicación. Se desprende el ventilador del techo  y cae en la espalda del amante que debe ser entregado a su esposa con un golpe severo en la columna.
  • Un ebrio toma una moto sin papeles, se mete en contravía por una calle y atropella a un guarda de tránsito.
  • El presidente Santos se sube en una tarima y se orina, se monta en una bicicleta y se cae.

¿Se puede curar el síndrome tampax? No se. Y no lo se por que me lo acabo de inventar. Pero lo que si es que el tema es de actitud: si igual va a quedar mal hágalo con estilo. Eso no elimina la mala pata, pero la hace intrascendente, o al menos jocosa.

Al menos en ese tema los hombres le vamos ganando a las mujeres. Por su obsesión por los detalles a las mujeres les cuesta hacer el oso con estilo. Piense que a una fiesta llegan dos personas exactamente vestidas. Si son dos hombres, con toda seguridad terminan de amigos y al final de la fiesta hacen coreografías mientras dicen que trabajan en la misma orquesta. Si son dos mujeres seguramente salen corriendo de la fiesta echándole la madre al que les vendió el vestido.


Alguien le bajó la pantaloneta de baño en un paseo familiar: no se tape ni se apene. Salga corriendo empeloto detrás del que lo hizo. La pena es la misma, pero usted no se rajó. Cierto: va a quedar con cierta fama de violador de mangón, pero en tal caso nadie dirá que usted no sobrevivió al Síndrome tampax. 

domingo, 11 de mayo de 2014

Despecho guaricho


No  es que me guste la música de despecho, pero tengo que reconocerle que en aras de expiar la tusa se permite decir cosas que los demás géneros musicales no pueden albergar. Del mismo modo que el reggaeton encontró al menos cien términos que significan fornicar, la música de cantina encontró mil variaciones para el acto de echarle sal a la herida. Si usted quiere sentir el destilado más ácido del odio, la mala leche y el desengaño, siéntese a oír música de despecho.  Todo el código penal está metido en unas pocas líneas.

Si a su tusa le suma unas doce cervezas o tres medias de aguardiente usted estará preparado para cometer el crimen que sea. Muchas veces me pregunté como eran posibles noticias de crímenes como los titulares de arriba. Hoy lo entiendo: seguro que nacieron de la combinación de Tusa + Música de despecho + Aguardiente. Para colmo de males, cuando le metan preso, se dará cuenta que la música de despecho de la banda sonora oficial de las cárceles colombianas.

Un pasada rápida por una emisora conducida por un tusologo reconocido deja oir las siguientes frases: “..tienes el alma negra..no creo en tu querer” ”..maldita sabandija, animal rastrero, culebra pozoñosa” “ siento como un volcán en mi cabeza y mi sollozo es un grito funerario” “amargado porque tengo un cruel tormento, nadie puede comprender mi padecer, y me dicen que hombre macho no se humilla ante el desprecio de una mala mujer” “yo solo te digo que hay muchas mujeres, y yo por ti nuca me echo a morir”

Piense en un tipo cualquiera que un día llega de improviso a su casa y encuentra a su esposa en pleno fornicio con algún conocido, ojalá con el niño chiquito dormido en su cuna, sale para la cantina, se pone la dosis de alcohol suficiente para ahogar la tusa y escucha esta canción, imagínesela cantada por Las Estrellitas, o por Las Dalias (si no tiene ni idea quienes son vaya a Youtube y busque , va a ver lo que es bueno)

Guaricha
Estoy aquí sentado frente a tu tumba,
nadie una flor te vendrá a poner aquí.
Ni la maleza crecerá sobre tus huesos
por el dolor que me causaste a mi

Tu para mi fuiste todo en la vida,
cuanto tuve yo me lo gasté en ti,
viajes y joyas, todo lo que querías
como una reina te puse yo a vivir.

Pero la cabra siempre para el monte tira
Poca cosa te importó a ti mi sufrir
Te acostaste con el que se te aparecía
En nuestra cama tú me traicionaste a mi

Todo lo nuestro por licor tú lo vendías,
por muchas noches no arrimabas por aquí
Irte a sacar de moteles y cantinas
Fue la gran vida que me diste tú a vivir

Hasta que un día con lágrimas en los ojos
en el balcón en silencio me acerqué
suavemente tú volaste por diez pisos
Y  ahora yo ya comienzo a ser a ser feliz

Y cuando llegue viejito yo hasta el infierno
el diablo ya estará aburrido de  ti
y arrancaré con gusto a pagar mis culpas

feliz de verte ardiendo guaricha infeliz.


Aqui un videito ilustrador del tema en Youtube

viernes, 2 de mayo de 2014

Yo vs lo Paranormal


Desconfió de los astrólogos, médiums y adivinos. Y si hay casos inexplicables que me hagan dudar no quiero saber de ellos y me enojo con el que me los cuente. Ya me cuesta trabajo lidiar con lo normal, como para encima de todo sumarle lo paranormal. Mi única neurona está a reventar tratando de sobrevivir la realidad, como para que ahora me vengan a decir que hay más realidades.

Hace unos años un tío compró un gato hidráulico marca Snap On que cargaba en su carro y que le había costado una pequeña fortuna. Nunca lo vi usarlo, pero si lo sacó muchas veces del baúl para enseñarnos la calidad del aparato en mención. En una ocasión le abrieron el baúl y un ladrón se le llevó el flamante gato. Mi tio, por supuesto, empezó una campaña para recuperar su gato: averiguó en el barrio, con los malandros de confianza, con la policía, con los talleres… y nada parecía funcionar. Alguien le recomendó que fuera a una consulta con la bruja del pueblo, la Vieja Cecilia, aunque reacio, decidió asistir pues ese gato bien valía la pena.

Tras pagar una cifra apreciable de  dinero entró en un salón oscuro con una bola que cambiaba de colores encima de la mesa. El recinto olía a diferentes hierbas en sahumerio y las paredes estaban llenas de imágenes de diversos santos, algunos conocidos y otros no tanto. Incluso le pareció ver un transformer en la multitud de figuras. La voz chillona de una señora mayor le dijo: “¿hermano, que te trae por aquí?”. Mi tío le explicó que tenía un gato al que le tenía mucho aprecio y que alguien abrió el carro y se lo robó, y que acudía a ella para recuperarlo. La bruja Cecilia, con un trapo de colores en la cabeza, le hizo desnudarse y untarse un líquido amarillo que le ayudaría a sacar las malas energías, luego le pasó un tabaco entelerido del cual debía fumar solo tres chupones, mirando cada vez hacia una pared distinta. Le pasó el tabaco y la bruja Cecilia empezó a rezar entre dientes una oración extraña con palabras parecidas a las del Wuaka Wuaka. Se quedó mirándole fijamente a los ojos y le dijo: “alguien le desea el mal, debemos hacer varias sesiones para alejar esa maldad de su camino”.  Volvió a susurrar “Tsamina mina, eh eh, waka waka, eh eh Tsamina mina, zangaléwa” y luego con voz profunda le dijo: “siento mucho decirle esto, pero el que se llevó su gato lo mató envenenándolo y con el cadáver harán un entierro ”. Mi tio salió semi empeloto, se subió en su carro y se largó, para luego descubrir que donde la bruja le habían robado la llanta de repuesto y otro gato que había comprado para reemplazar el robado.

Debido a esto mi contacto con lo paranormal quedó clausurado. Tal vez lo único que me permito es leer los horóscopos. Los horóscopos y el arroz chino tienen algo en común: están llenos de basura, y lo peor, como diría Helenita, es que así los amo yo.

Leo horóscopos muy de seguido, y no les creo, pero tengo que confesar que en épocas difíciles las pendejadas que dicen me resultaron reconfortantes. Si nos atenemos a la calidad de la estadística de Calle 13 cuando dice que en este mundo hay seis mil millones de habitantes, quiere decir que hay al menos 500 millones que tienen en común su signo, así que el que hace un horóscopo tiene la responsabilidad de decir algo que le calce a  doce veces la población de Colombia. Por eso toca decir cosas evidentes. 

Por ejemplo: “No te excedas con las grasas, le harán mal a tu salud”, alguien lo lee y dice “mierda, yo que iba a comer fritanga hoy!!!! Esto si es exacto!” otro lo leerá y dirá: “uff si ve! debo dejar de fornicarme a la gordita de la esquina”

Estos son ejemplos del día de hoy:
  • En el sector profesional, el Tarot le recomienda tener cuidado en sus proyectos personales y evitar que sus colegas quieran apropiarse de sus buenas ideas. Evite las comidas demasiado condimentadas, porque puede sufrir de dolencias estomacales. Meditar es una buena opción para gozar de una excelente salud.

 O que tal este:
  • No te dejes influenciar por aquellas personas que solo hablan de enfermedades y problemas de dinero. Te acabarían transmitiendo su pesimismo. Disfruta de la vida con tus allegados.

O este:
  • Deberías prestar más atención a tu entorno, porque es posible que alguien a quien quieres necesite tu ayuda, pero quizá no quiera pedírtela.


Sonsos. Esto le pasa a cualquier Colombiano: trabaja con envidiosos, los condimentos le dan eructadera y diarrea, le toca meditar pues no hay para ir a cine, y está rodeado de vaciados igual que él indecisos acerca de pedirle un préstamo.

lunes, 28 de abril de 2014

Me cae bien Buda


Este no es un debate teológico, es simplemente un tema de simpatías. Yo soy católico llevado a pellizcos a misa sagradamente todos los domingos de mi vida temprana. Hoy, ya sin pellizcos, sigo siendo católico más o menos cumplidor de mis deberes, y tengo el brazo derecho con una inmovilidad leve. Y no estoy buscando cambiar de religión ni a mi ni a nadie.

El tema es otro. Tengo que confesar que desde pequeño me deprime ver la figura de Jesús en la cruz, clavado como si lo fueran a coleccionar, con su rostro cubierto de sangre que le escurre de las espinas, con laceraciones por todo lado y encima de todo cubierto con un mínimo trapito. Expuesto a la burla de todo el mundo y con su mamá, la virgen María, de rodillas frente a él llorando. Encima de todo, como toda mi generación, me tocó ver n veces la película "El Martir del Calvario, con Enrique Rambal Junior" en Blanco y Negro VLD (Very Low Definition) por los dos únicos canales de la televisión de esa época, recuerdo la manera lastimera en que pronunció: "padre mio ¿por que me has abandonado?". Jarto que el papá de uno sea Dios, y uno le tenga que hacer semejante reclamo.

Las únicas imágenes cheveres que uno ve de Jesús es cuando lo muestran chiquito en brazos de su mamá, o en el muñequito del pesebre. De ahi en adelante todo va para abajo para el pobre Jesús. Los amigos lo niegan, lo juntan con ladrones, supongo que el día de la multiplicación de los panes lo dejaron sin darle a él. 


Por el contrario desde pequeño siempre me simpatizó Buda (En mi casa había uno de yeso pintado de dorado y que servía para trancar la puerta cuando uno quería que permaneciera abierta). Un tipo tranquilo, regordete, que concedía  peticiones si se le sobaba la panza, con aros en las orejas y con una sonrisa de oreja a oreja que reflejaba sosiego, incluso cierta alegría. Estaba vestido como buen gordo con una especie de sabana que le daba la vuelta a su rechoncha figura. Unos años más y hubiera usado Walkman. Tengo dudas de su efectividad como milagrero, pues mi papá le sobaba en la barriga los billetes de la lotería, y nunca paso nada , salvo que se le peló la barriga a Buda y se le vio el Yeso que había debajo. Pero con todo y su ineficiencia me cae bien.

Simplemente como mercadeo de una religión, me parece que es más vendedor Buda: transmite la impresión de que si bien uno no va llegar a la felicidad con muchos bienes materiales, al menos le queda el consuelo de terminar como un gordito bacano. Pero Jesús es otra cosa, es sufrimiento puro, es una victima legendaria de tortura, y encima de todo hay que sumarle en que todos nosotros, el día que nacimos, ya tenemos encima la carga de este pobre tipo clavado en un palo y ensangrentado, es decir, no solo está fregado, si no que YO fui quien lo fregó. Eso es difícil de vender.

Si ponen a un niño en frente de las dos imágenes, me preocuparía seriamente por el niño que se fuera para el lado del que luce torturado y ensangrentado. Si se trata de vendernos esperanza en los momentos difíciles, es de lejos más vendedor el gordito. 





A la casa (caza?) de Paco el gato

Hace un tiempo una amiga me buscó para una oferta que parecía maravillosa. me dijo: " .. fíjate que tengo la casa de la 30 vacía y quiero que tú la alquiles, pero con una condición especial...". Dado que la casa en mención era la casa de mis sueños para ese momento el asunto me sonó de inmediato: ¡Claro! ¿cual condición especial?

"..Es una bobada, yo me voy para Estados Unidos y demoro un tiempito en volver, y conmigo vive mi gato, Paco, y necesito que lo cuides y lo alimentes y lo lleves al médico. Todo eso lo descuentas del alquiler, y además de eso te dejo la casa en $xxxxxx". Era una súper oferta, la casa que necesitaba, en el sitio correcto, del tamaño adecuado, y lo único que tenía que hacer era cuidar un animalito de dos kilos de peso.... Obvio: Acepté.

LECCION APRENDIDA: La frase ".. es una bobada.." en boca de una mujer siempre terminará mal para cualquier hombre. Tenga la plena seguridad que va a terminar casado, despinchando un carro o destapando un inodoro en el mejor de los casos. Esta frase NUNCA antecede a ninguna situación positiva.  

El gato de la foto no es Paco, pero podría serlo porque son muy parecidos...un pequeño felino gris con cara de Yo no fui y que en apariencia se dedicaba principalmente a dormir y a ronronear. Dado que la casa de la oferta era de esas casas gigantes con patio y arboles al fondo, el pequeño gatito no se iba a ver nunca en la vida.

Mi cuarto, obviamente era el que tenía ventana al patio y desde allí se veía el árbol y unas matas que crecían si que nadie las cuidara realmente.

Por alguna razón que desconozco mi relación con Paco pasó de una simple indiferencia, con obligaciones alimenticias, a un odio espantoso. En tal caso parecía estar ejecutando un plan diabólico en mi contra que buscaba aburrirme y dejarle la casa a él solo. Cosa que no iba a lograr, pues nada más difícil que desalojar un colombiano de una casa barata.

El infame y peludo gato se paraba a maullar en mi ventana a las dos de la mañana, religiosamente cada noche que vivió conmigo, y yo salía de mi cama enfurecido a tratar de atinarle con lo primero que hallaba a mi alcance, que normalmente era un zapato. Nunca le atiné, sobra decirlo. Y adicionalmente, después del intento de zapatazo, el infame gato volvía  maullar hasta que yo me dormía ya vencido por el cansancio y por el desgate de arrearle la madre durante una hora o más....

La fase 2 del plan de Paco incluyó orinarse en mi cuarto. Entonces dos o tres veces por semana llegaba a acostarme y me recibía un vaho de orín de gato que haría vomitar a una mosca, y a mi me tocaba, cansado y todo, ponerme a limpiar el cuarto con algún químico que eliminara ese olor. Y créanme, no es nada fácil eliminar ese olor de orín de gato!!! Aquellas personas que expresan su admiración por la costumbre de los gatos de tapar sus heces, deberían entender que si uno hiciera cosas que olieran así de feo también saldría a botarlas en un hueco y taparlas con tierra!!

La fase 3 de la campaña para echarme de su vivienda ya se metió con lo más sagrado: mi comida. El infeliz del Paco se comenzó a subir a los cajones de la cocina y empezó a comerse las galletas, el pan para el desayuno y cualquier cosa que fuera para mi.

Nunca Paco le hizo a nadie más de mi familia daño alguno. Nunca trasnocho a otros, nunca se le comió las tostadas del otro día, nunca se le orinó en la almohada a nadie más.... sólo a mi. De hecho con las demás personas de la familia era un lindo gatito, como diría Piolín....el resto de mi familia me acusaba de perseguir injustamente al gato que era "semejante animalito tan hermoso" en palabras de mi hermana.

La fase 4 fue la tortura psicológica. Los maullidos de fase 1 fueron reemplazados por los maullidos, en el mismo patio, resultantes de sus aventuras sexuales con una gata negra vecina de nosotros. Ahora con una gata novia como aliada, Paco se dedicó a fornicar en el árbol frente a mi ventana, y a dedicarme los maullidos fruto de su calentura. Aunque tengo que declarar mi admiración por los logros sexuales del infame del Paco, la verdad es que esto ya no aguantaba más, o eso pensaba yo.

La fase 5 fue lo peor. Ocurrió cuatro meses antes de la llegada de mi amiga de Estados Unidos. Paco desapareció!!!! No se volvió a saber nada de él, no más maullidos, no más malos olores en mi cuarto, no mas fornicio enfrente de mis castos ojos, no más robo de provisiones.....no más.... que alivio, que dicha, al fin Dios que es grande y todo lo ve, incluso a los gatos de mala calaña, decidió quitarme este karma.

Mi amiga me llamaba con alguna frecuencia y me preguntaba por Paco, yo le decía que estaba bien, muy juicioso, que tenía una salud envidiable, que era muy entendido. Para no despertar sospechas siempre desconté el monto de su alimentación y su servicio médico.....

Pero todo eso se volvió terrorífico cuando me llamó y me dijo: " en un mes llego y voy a recoger a Paco para hacerle papeles y traérmelo para acá..." 

Ahí fue Troya. Comencé una búsqueda exhaustiva (como dice la policia) del infame gato. Interrogué a los dueños de la gata negra, busqué en todas las casas que rodeaban la mía, salí a media noche a dar vueltas en el carro por le vecindario para ver si veía al cochino gato gris... Y nada....ofrecí recompensa a una red de informantes de entre 6 y 10 años para aquel que me llegara con Paco. Y de hecho me trajeron varios gatos, incluyendo la gata negra fornicadora, un gato café con cara de consumidor de alucinógenos, e incluso un gato sospechosamente maquillado de gris. Pero de Paco nada!!!!

Y faltando sólo una semana Paco coronó su plan: apareció flaco, tal vez con la mitad de su peso, con una herida profunda en la nuca, con arañazos por todos lados, cojeando. Si Paco hablara seguramente habría llegando tartamudo. Simplemente se apareció en el patio y arrancó a llorar.

En una semana me tocaba:

  • Engordar al gato al menos un kilo, lo cual es muy difícil en algo que debe pesar dos kilos.
  • Remendar sus heridas y hacer que cicatricen y que el pelo gris crezca y las tape 
  • Hacerle ortopedia a su cojera
  • Todo esto de mi bolsillo, pues mal podría descontar eso del alquiler cuando según mis historias el gato estaba en "optimas condiciones".

El gato mejoró mucho. Para cuando mi amiga llegó por su gato, este ya no parecía masacrado por dos Pitbull, sólo parecía un gato desnutrido y cojo con heridas mal curadas....Apenas Paco vio a mi amiga saltó a sus brazos y cuando yo me acercaba temblaba y se ocultaba tras sus piernas, como diciendo "cuídame de ese gordo hijo de xxxxx"

Que más puedo decir... mi amiga ya no es mi amiga, me pidieron la casa, y desarrollé un odio por todos los gatos. Y poco antes de irse Paco se orinó en mi colchón por última vez.

Los que se inventaron la imagen de la bruja acompañada de un gato tenían, sin lugar a dudas, razón.