viernes, 22 de diciembre de 2017

LA GENERACION DE LA LENGUA QUEMADA

No me apena decir que crecí haciendo las tareas mientras mi mamá hacia sus oficios oyendo Sonorama Estéreo o Viendo Novelas Venezolanas. Los más jóvenes que lean esto no lo entenderán porque las dos cosas ya no existen. Sonorama Estéreo era una emisora dedicada al género que hoy, por razones más que justas, llaman música de planchar. Y Venezuela era una potencia en telenovelas.
Las telenovelas las pasaban desde las 11 de la mañana hasta las 12:30 del medio dia. Yo salía para el colegio a las 12:30 y en la decisión:  “¿¿¿…quién es más valioso, tenerle listo el almuerzo a mi hijo que se va a estudiar, o saber que iba a pasar con Leonela cuando se diera cuenta que Pedro Luis fue el tipo que la violó en la playa….????” Siempre perdía yo. Afortunadamente ya la olla Express se había inventado y mi madre no tenía problema alguno en echar todos los componentes del almuerzo en esa olla y 10 minutos después, más o menos a las 12:29 de cada día en que estudié, me servía en un plato una sopa, con carne, alverjas, papas y otros elementos no identificables que calculo yo estaba a unos 80°C cuando me la servían. A mí me tocaba en unos 5 minutos engullirme la mezcla mencionada y salir corriendo para el colegio, para luego de caminar 30 minutos a los confortables 35°C que hacen en donde vivo, entrar a clase puntualmente.

Por eso uno ve la gente de mi generación apagando velas con la lengua y no les pasa nada. Y por eso es que mi generación es fanática del calentado y en general cualquier comida que se sirva revuelta.

Las canciones que sonaban eran también una vaina muy diferente, y no voy a dármelas de pacato diciendo que las de hoy dicen vulgaridades y las de esa época no. Porque finalmente que una canción diga “… voy a llenarte toda, toda….” Y otra que diga: “… esta noche mami te voa (sic) comer” palabras más palabras menos es lo mismo. Claro que hoy hay exageraciones, hace poco vi un video de una cantante muy linda cantando un estribillo que decía: “… a mi me gustan bien grandes, que no me quepan en la boca…” y no me logro imaginar a Rocío Durcal cantando algo remotamente parecido. Ella lo máximo que llegó fue a “..invítame a un café y hazme el amor….”, que no es nada inocente, pero no llega al sexo oral. Hay mucho terreno entre “seré tu amante bandido, bandido..” y “…eso en cuatro no se ve…” .
Una diferencia más notoria es que todos los cantantes cantaban distinto, y entonces no necesitaban auto anunciarse tanto en las canciones. Tampoco había afán de los cantantes de estratificarse en rango alguno. Uno, por ejemplo, no escuchaba a Julio Iglesias arrancando la canción diciendo: “ Ju Julio Iglesias… el comandante del género” . Hace unos días oí un disco del reguetton en el que tuve el honor de escuchar a uno que se hacía llamar “ The Boss” y que había trabajado en ese disco con otro que se llamaba “ The One”  y que encima de todo amenazaban a sus colegas diciéndoles que si no estaban aquí, no existían. No logro imaginarme a Camilo Sesto y Emmanuel en una misma canción amenazando a José Luis Perales diciéndole “tu mandas cáscara José Luis”.  Los cantantes de antes eran muy reservados con sus negocios y con sus actividades particulares, Rocío Jurado no iba a salir diciendo “… mas de un millón de copias vendidas, tú no eres nada Durcal” o “ esta noche Dom Perignon y perreo intenso…”.

Los cantantes de ahora son más cooperativos, hay que reconocerlo. Es raro un tema en el que canten solos. Ahora todo es “fulanito feat sutanito” ("feat" suena menos Gay y más Play que decir: "fulanito en dúo con sutanito") . Y también me parecen que explotan mejor los momentos de éxito de cada uno de sus temas: si la canción sale en Vallenato y pega, en un tiempo muy corto está saliendo la versión en Salsa, la versión en Cumbia Villera o la versión acompañada con una cantante gringa que no tiene ni idea que mierda está diciendo. Repartirse la plata tiene que ser un camello, pero me parece que se apoyan más los unos a los otros que los cantantes de antes. Supongo yo que la necesidad de hacerse diferenciar por un título ficticio y de decir su nombre al comienzo del tema están muy relacionados con que ellos se ven casi todos iguales: unas gafas oscuras gigantes, pinta malosa, cadenas tipo collar de perro en oro golfi* , anillos, tatuajes y una gorra beisbolera con la visera aplanchada.

De los cantantes de antes uno sospechaba que eran maricas, pero nunca era claro si de verdad lo eran. Por ejemplo: siempre pensé que Raphael era marica por todas las gesticulaciones que hacía. Luego me enteré que es un señor heterosexual, juicioso, y que gesticulaba así porque es andaluz. Lección aprendida. Desde que me enteré del caso de Raphael, cada vez que tengo la sospecha de que alguien es marica me le acerco y le pregunto: ¿usted es andaluz", y si me dice que no, es Marica, no tiene pierde.




  • En latinoamerica agarramos el término "Gold Filled" y lo volvimos "Golfi" . Significa "con un baño de oro".

martes, 19 de diciembre de 2017

NO MAS NIÑOS FEOS

Entiendo que es natural que todo mundo quiera a sus hijos, es de hecho, un asunto biológico. Pero la verdad creo que ya es hora que alguien ponga en cintura a los padres de niños feos. Ese cuento de que todo recién nacido es lindo es lo más falso del mundo: hay niños pequeños feos, y muchos. Tienen el consuelo que tienen unos cuantos años de gracia antes de que el tema se les vuelva relevante, pero hay feos.


De padre de niño feo uno tiene que ser realista, al igual que el papá de un niño que es brutico. Uno debería omitir demasiadas fotos de los niños feos, y menos publicar cada foto en las redes sociales. Es común que uno encuentre fotos de un niñito que parece un Gremlin con una nota al pie que dice “mi princesa despertándose”. A uno le queda claro que la realeza está cada vez más por el piso. No hagan eso, por favor no nos castiguen. Entiendan que uno después de ver esa foto debe seguir su día.

Los papás de niños feos, para agravar la cosa, publican más fotos que los papás de los niños bonitos. En los segundos existe cierta preocupación por la privacidad de su niñito y le da susto que tanta foto los vaya a perjudicar. Por el contrario los papás de niños feos consideran que es su deber compartir la foto del niño la primera vez que hizo popó en una bacinilla, o una selfie con el pedazo de cordón umbilical que se le acaba de desprender.

Una cosa que deben entender es que todos los niños son muy inteligentes, no solo el suyo. Es mamón el discurso de “…él es súper entendido, con un año y ya agarra el celular y hace como si fuera a llamar”. Discúlpenme, eso y mil cosas más lo hacen todos hoy. Su niño, independientemente de si es bonito o feo, puede ser también inteligente o bruto, pero se lo garantizo, va a estar en la media. Por eso la media se llama media, porque el 99% de todos estamos ahí.

Tienen entonces los padres de niños feos que esconder su pequeño monstrito en un sótano y darle de comer por debajo de la puerta? No!!!  No se trata de eso. Se trata de que ya vivimos bombardeados de demasiada información negativa de las redes, los noticieros, el calentamiento global, para que encima de todo uno abra la foto del Whatsapp de alguien y salga una cría de chucky empeloto con un mensaje que dice: “mi primera diarrea”.

Hay formas de manejar estos temas, obvio con moderación, se me ocurren algunas:
  • Mire cual es el ángulo menos malo de su hijo, y tómele fotos por ese lado. O en últimas tómele fotos de espaldas jugando con un balón, el balón ojalá de muchos colores y llamativo.
  • Compre un perro feo. Los perros feos, a diferencia de los bebés feo, son súper graciosos. Si usted tiene un bebé feo y un Pug, cuando tome una foto de los dos, la gente va a totearse de la risa con el Pug y seguramente olvidará el mal momento de ver su feo retoño. Eso si, corre el riesgo que alguien le diga : “Tan lindos tus gemelos”
  • Tómele fotos haciendo muecas, por ejemplo chupándose un limón. La mueca hace irrelevante que el niñito sea feo.

Creo que el avance en los sistemas aún se queda corto en este asunto. El antivirus, creo yo, debería detectar fotos de niños feos. Los señores que manejan redes sociales bloquean cuando sale una foto de Esperanza Gómez mostrando una teta, pero no bloquean ese niño espantoso que parece un manojo de pelos salido de un sifón.

Miren señores papá de niños feos, ustedes deben sufrir su castigo en privado. No le saquen fotos a su Benjamin Button. No le interesa al resto de la sociedad. No hay fundaciones ni gente dando plata para los niños feos. No nos castiguen, se los suplicamos. Uno se paniquea porque tanta foto de niño feo le hace pensar a uno que en 15 años estaremos llenos de adultos feos, que Miss Universo se va a acabar por sustracción de materia, que los Jeans Diesel los va a promocionar Paquita la del barrio. Dennos por favor la oportunidad de creer en un mundo mejor.

Mi generación vivió antes de toda esta cosa digital de hoy. Tomar fotos era una cosa seria, porque era caro y trabajoso. A usted le tomaban la foto, sin ver cómo quedó uno previamente. Tocaba llevar el rollo, mandarlo a revelar y aportar porque todo saliera bien. Asi que las fotos de mi generación son en general pocas, la gran mayoría con un ojo cerrado, u ojos rojos. En la generación de hoy, las fotos digitales han vuelto esto un infierno permanente de niños feos. Uno pregunta, por mera formalidad, ¿cómo sigue tu bebé? Y siente un miedo enorme cuando ve que le van a responder desenfundado su teléfono celular. Garantizados quince minutos de ver fotos del Gremlin dormido, despierto, berreando, cagado, con un gorro de lana. Uno sale de ahí a comprar condones y 20 pastas del día después.

Creo que el avance en los sistemas aún se queda corto en este asunto. El antivirus, creo yo, debería detectar fotos de niños feos. Los señores que manejan redes sociales bloquean cuando sale una foto de Esperanza Gómez mostrando una teta, pero no bloquean ese niño espantoso que parece un manojo de pelos salido de un sifón.
 
Miren señores papá de niños feos, ustedes deben sufrir su castigo en privado. No le saquen fotos a su Benjamin Button. No le interesa al resto de la sociedad. No hay fundaciones ni gente dando plata para los niños feos. No nos castiguen, se los suplicamos. Uno se paniquea porque tanta foto de niño feo le hace pensar a uno que en 15 años estaremos llenos de adultos feos, que Miss Universo se va a acabar por sustracción de materia, que los Jeans Diesel los va a promocionar Paquita la del barrio. Dennos por favor la oportunidad de creer en un mundo mejor.

viernes, 12 de diciembre de 2014

Foto Aleta

Hace un tiempo me tocó asistir a la inauguración de una tienda de decoración, a la cual fueron invitados, para resumirlo, dos grupos de personas: posibles clientes, gente de clase alta o un poco más; y un grupo pequeño de personas que tuvimos algo que ver con la construcción de la tienda, todos obviamente, de la base de la pirámide, e incluso de los drenajes de la misma.

No habían pasado 10 minutos desde nuestra llegada al evento y los básicos ya estábamos agrupados en una esquina del sitio hablando entre nosotros. Algo incómodos por haber desempolvado el pantalón y los zapatos del matrimonio, nuestro primer instinto fue aglutinarnos en una esquina como si nos fueran a capturar por algo. Imagino que desde fuera se oía nuestra conversación como un concierto para delinquir.

Los clientes potenciales de la tienda se movían con soltura por todos los espacios con una copa de vino en la mano y se relacionaban entre ellos de manera natural, el típico murmullo de coctel con una música de piano se oía en el fondo.

Y en esto concluyo una cosa: los pobres venimos totalmente programados para formar guetos ruidosos con alta densidad de población, y con apariencia de conspiradores.

Cualquiera puede sugerir que entonces si no quiere pasar por pobre muévase del gueto a otro sitio. No funciona. Yo lo intenté, me moví a otro sitio y a los 5 minutos el gueto se había movido a donde yo estaba. Primero arrimó un amigo y me dijo: ”¿y usted a que se vino acá?” y se puso a hablar conmigo, luego el siguiente arrimó: ”¿y ustedes de que hablan?” . Del cuarto en adelante todos dijeron “ ¿andan escondidos acá no?“. Mire en una ciudad, cuando un pobre se muda de barrio por creerse de mejor familia, muy pronto varios de sus vecinos se mudarán a su lado en la nueva sede del gueto.

El caso más dramático de todos fue el de las fotos. Un fotógrafo de sociales de un periódico local asistió a la inauguración y recorrió toda la tienda fotografiando a los asistentes para sacar a final dos o tres fotos que se publicarían del evento. Cuando llegó al gueto a tomarnos una foto lo primero que hicimos fue amontonarnos y poner los brazos en los hombros del vecino. Error. Así no se sale en las fotos sociales.

El fotógrafo nos dijo: “sepárense, no se abracen, no se amontonen, sonrían levemente”. Luego: “no se hagan tan lejos, no pongan cara de serios, usted no se acuclille “. Luego de un largo rato logró tomar una foto que con toda seguridad borró apenas salió del gueto.

Fuera del gueto los otros asistentes se juntaban naturalmente y cumplían todas las reglas planteadas por el fotógrafo sin tener que explicárselas. Cada foto duraba máximo medio minuto, en lugar de los diez que duró la malograda foto del gueto.

Mi teoría es que los pobres venimos programados para tres tipos de fotos, que a su vez se separan en dos grupos diferentemente influenciados: con y sin influencia del reggaeton. Si la foto lleva influencia del reggaeton es igual que la otra, pero todo mundo usa cachuchas mal instaladas en la cabeza, gafas chinas que quieren ser Ray Ban, y tiene actitud de atracador de esquina marginal, que muestra su mano empuñada con dos dedos levantados imagino que invocando al maligno.

La foto de montonera o de equipo de futbol. En lugar de que el fotógrafo se corra hacia atrás la gente opta por amontonarse y normalmente las cabezas de los del gueto se inclinan hacia un lado, para que si no sale la barriga al menos salga la cara del paciente.




La foto legal: cárcel o cedula. Uno queda con cara de puto. No vale si es bonito o feo, uno queda como si fuera una huella digital con ojos. Mira absorto, con cara de drogo y con un gesto del que quiere matar a la suegra con un mal de ojo.




La foto individual o coqueta. También se separa con y sin reggaetón. Pero en general se trata de una foto muy improvisada en la que salen de fondo las señas de su estrato socio económico (cortinas, tendederos, paredes en obra negra, o en el mejor de los casos el gobelino de los perros jugando póker). Esta foto tiene por objeto seducir a alguien, con una pose que incita el deseo.


La pobreza en esto se parece a una adicción: inicia por la negación. Hágase estas preguntas:
·         ¿Usted ha arreglado las extensiones de navidad del año pasado con bombillos que saca de otras extensiones, hasta lograr una extensión frankestein que alumbra con estertores arrítmicos?
·         ¿Usted ha hecho o vio hacer bolas de jabón azul que se guardan para cosas como lavar traperos?
·         ¿Tiene una bolsa que como una nave nodriza guarda otras bolsas adentro, que a su vez guarda más bolsas adentro, que sirven para evitar comprar bolsas para la basura?
·         ¿Uso ropa de sus hermanos  o primos cuando era pequeño? ¿aun la usa hoy?


Si su respuesta es si, le  garantizo que usted tiene fotos de los estilos arriba mencionados en su álbum. Búsquelas, no se avergüence, hace poco leí que si uno no logra encontrar en su familia a una sola oveja negra lo más probable es que uno sea la oveja negra de la familia.

domingo, 31 de agosto de 2014

Carta de despedida a un amigo entrañable

Ante la pregunta de por que los perros viven menos que la gente un niño contestó: "los perros viven menos que la gente por que a este mundo venimos a aprender como vivir una buena vida, como amar a los demás todo el tiempo y a ser buenos. Como los perros ya saben como hacer todo eso, entonces no tienen que quedarse tanto tiempo con nosotros" 

Querido Bruno

Con los ojos aun empañados por las lágrimas siento el deber de escribir algunas palabras en tu memoria. Los recuerdos son frágiles y solubles  y lo último que quiero es dejar que el olvido se lleve los maravillosos momentos que compartimos en estos quince años.

No es posible que tuvieras un mejor inicio en nuestra historia: fuiste un regalo que le di a mi entonces novia y que hoy es mi esposa y la mujer de mi vida. En el mejor de los sentidos tu aparición en nuestra historia fue una muestra de amor.

Supuestamente eras un labrador, pero en un momento dado tus orejas empezaron a apuntar hacia arriba y luego de un tiempo nos dimos cuenta que de hecho eras un hermoso perro Akita. Aquí entre nos, decíamos que eras un labrador enrazado con murciélago. Como buen Akita tenías una personalidad fuerte, cuidabas de todos nosotros con dedicación y nos hacías sentir tu cariño a cada instante.

El primer recuerdo que tengo de ti es de la primera comida que comiste. Fue tanta que la barriga te arrastraba y casi no podías caminar. Desde pequeño fuiste muy muy mimado: recuerdo que mi novia te dormía en su regazo y que cuando salíamos ella y yo debíamos volver temprano, pues si no llegaba empezabas a llorar y gruñir por que ella no estaba para acompañarte..

Tus travesuras de adolescente fueron memorables. Al frente de la casa había un lote donde levantaban ganado, tú te salías de la casa y te metías en los bebederos de las vacas y las ladrabas y las espantabas, hasta que al que cuidaba el ganado le tocaba venir a decirnos que te sacáramos de allá.

Tu bronca con los vendedores ambulantes fue permanente, creo que le dedicaste a eso más energía que a nada, tu estrategia era esperar agazapado en silencio en que pasaran justo al lado de la reja del antejardín y luego saltabas de la nada y tratabas de quitarles algo de lo que llevaban. Recuerdo dos ocasiones: en una te llevaste dos galletas costeñas y en otra unas chancletas que pasaban vendiendo.

Tus odios fueron siempre bien claros: El carro de la basura y un Pinscher llamado Mirto. Mirto era un perro pequeñito que se dedicaba a fastidiarte al otro lado de la reja del ante jardín, hasta que un día, para su mala fortuna, la reja estaba abierta. Nadie te culpó por la paliza que le diste, pues por cruel que suene, la tenía merecida, y eso lo sacó de circulación por algunos días.

El error de Mirto también lo cometió un vecino al que le gustaba fastidiarte la vida. Hoy, ya mayor, tiene un par de marcas de colmillos en la pantorrilla. Fresco, sabemos que también lo merecía. Nunca un solo acto de tu vida fue con mala intención, pero nunca te guardabas nada.

El gesto que más recuerdo de ti es el de acercarte cuando uno estaba acostado en el sofá y tratar de meter la cabeza entre el costado de uno y el sofá para restregarte la nariz y empezábamos a decir “ya llegó la vaquita a empujar…”. También recuerdo que saltabas mucho: te poníamos con las piernas o con los brazos barreras para que lo hicieras cada vez más alto y nos divertíamos cantidades jugando con el perro saltarín.

Te recuerdo echado de panza en el riachuelo de la finca encantado de estar empapado. Te recuerdo persiguiendo un conejo que no sabemos como encontraste en un rincón de la finca y recuerdo también que cazaste una gallina que nos tocó pagar y volverla el almuerzo de ese día.

Tu vejez fue muy digna, tu trompa se volvió blanca y tu andar lento. Cada vez dormías más y de los recibimientos alborotados de la juventud pasaron  a un gesto con la cabeza y las orejas y una mirada de ese cariño infinito que siempre vimos en tus ojos. Hasta el último de tus días, y pese a lo disminuido de tu salud siempre tuviste para nosotros una manifestación de alegría al vernos.

Quince años es mucho para un perro, pero no es si no una fracción que hubiésemos querido tenerte a nuestro lado. Eras familia, y la familia se quiere con toda el alma. Y por eso fue tan difícil tomar la decisión de parar tu sufrimiento y dejarte descansar. En un momento dado concluimos que estábamos siendo egoístas y que solo por tenerte a nuestro lado, y tal vez temiendo este dolor, te haríamos atravesar por una pena innecesaria, y no era justo que hubieras tenido una vida de perro feliz y darte un final agobiante.  

Te vamos a extrañar mucho. Seguramente el vecino que te traía un paquete de rondallas todas las tardes luego del trabajo en unas cuantas ocasiones se encontrará con galletas y sin Bruno.

No se que haya al otro lado cuando uno muere, pero te mereces la mejor opción de lo que sea, por que llenaste nuestra vida de un cariño infinito e incondicional.


En este punto y hora pienso que las personas en este mundo tan sofisticado buscamos con ansias evidencias  de Dios y dejamos de percibir que cosas tan simples como el amor de una familia y su perro encierran una grandeza insondable de su naturaleza divina.


Adios Bruno. Se feliz en donde estés.

lunes, 18 de agosto de 2014

Carta a los señores de los cereales en caja

Señores de los cereales en caja:

He venido pensando desde hace mucho tiempo que ustedes han perdido una gran oportunidad de mercado al no quererse adaptar a la cultura local, si no en forzar que el mercado se adapte a ustedes. No piensen en mi sugerencia como un acto de protesta como los de izquierdosos de universidad pública, con bolsita tejida que dice Colombia y gafas tipo John Lenon. No, ni de fundas. (Conocí muchos de estos tipos en la universidad y hoy son simplicios funcionarios públicos al servicio de la maquinaria contra la cual protestaron. Con su cerebro ya domesticado por las hectáreas de yerba que se fumaron, y con una colección de elepés de Mercedes Sosa y Silvio Rodríguez que esconden de sus hijos). Lo mío es una consideración de vil mercado, al cual sirvo con la fidelidad de testigo de Jehová.

Ustedes han forzado que introduzcamos en nuestro lenguaje del día a día términos como Froot loops, o como Corn Flakes, pero si se tomaran el trabajo de adaptar sus nombres de producto a cosas conocidas localmente seguramente ganarían un mercado de manera más natural y con el afecto de los nativos.

Piensen en los señores que venden cerveza, ¿acaso ellos se pusieron a vender cerveza Miller de entrada?, no! Se buscaron nombres de cosas cercanas como Poker o Costeña, o Cola y Pola…. Eso les permitió volverse de la familia, y luego empezaron a introducir otro tipos de cosas en el mercado.

He pensado una serie de productos que vendrían bien dentro de este propósito, que sin ninguna reserva pueden usar sin que yo les cobre un peso por la inspiración.

En lugar de los choco crispis, representados por un elefante de los cuales aquí hay solo unos cuantos torturados en circos y zoológicos, propongo los chori crispis: pequeños choricitos llenos de sabor, y el animalito que los anuncia podría bien ser un marranito, podrían combinarse con otros cereales en forma de arepita pequeña y se ganarían el mercado de todos los que almuerzan corrientazo y se identifican con el chorizo con arepa. Y la propaganda del elefante con traje de astronauta podría reemplazarse por la del cerdito elegido en un bus de Transmilenio en hora pico. Obviamente el cerdito no podría llamarse Melvin, podría tener un nombre más local, como Gilberto, Chucho  o algo así.

Los froot loops con su tucán (aquí si hay, pero en sitios donde está la guerrilla) podrían adaptarse un poco a los chunchu loops, aritos de chunchullo con vivos colores, y la imagen podría ser una lora diciendo la frase que toda lora en este país dice : “¿quiere cacao?”. La lora Obviamente debería llamarse pastora, o de cariño, Pasti

Corn flakes podrían ser simplemente nachitos (que no son de aquí, pero es como si lo fueran), aquí si dejaría el gallo, pero le cambiaría un poco el look que tiene hoy de Gallo de Disney. No, yo sugiero un gallo de los de acá, un gallo grande con cara de haber pisado 20 gallinas antes de tomarse la foto, macho machote. Tampoco un gallo de pelea, por que me parecen afeminados con sus patas depiladas…


Otra cosa es la leche: a muchos nos cae mal, pero si los cereales se pudieran combinar con cerveza ganarían el mercado de la venta en cantinas y metederos del cual hoy carecen. Imagínese un borracho levantándose a trabajar un lunes y sirviéndose un plato saludable de chunchu loops con cerveza.

Ahora bien: este es el país donde todo lleva arroz y lleva papa, así que resulta imperdonable que no tengan un cereal que refleje esto. ¿Por que no un papi crispis?  Imagínese el aviso gigante en las tiendas: “ Papi crispis, ahora con hogado” Y la imagen podría ser un tierno muñequito con ruana y sombrero.  Nada más de “Saca el tigre que hay en ti”, eso suena como una propaganda de estimulante sexual, además aquí no hay tigres. Sonaría mejor “con Papi Crispis dale duro a la vida…” o " Mata esa gorobeta!!!"    

Atentamente ciudadano desinteresado que les quiere ayudar.


Posdata:

Les expreso mi ira e intenso dolor pues por culpa de ustedes y las bolitas de colores desaparecieron los Gudiz del mercado. Yo, y todos los adictos de Gudiz que se respeten, les expresamos nuestro rechazo. La desaparición de los Gudiz, el Cal-c-tose y el boliqueso dejaron devastada toda una generación de hombres buenos.   


sábado, 2 de agosto de 2014

El defensor del Arsenal



Para pagar mi universidad tuve infinidad de trabajos: encuestador, dibujante arquitectónico, pintor de murales, repartidor de almuerzos, programador de software y ayudante de sastre (o planchaor para que suene gitano) fueron algunos de ellos. El más pintoresco de todos me pagó cuatro semestres de universidad y el nombre de cargo más aproximado hoy sería el de Auxiliar de Prostíbulo.

Era la primera parte  de los años 90 y en medio del florecimiento de los comerciantes de alto riesgo el dueño de una discoteca de medio pelo decidió que al negocio había que meterle algo más enganchador, así que le puso niñas ligeramente vestidas que tres o cuatro veces por noche hacían shows de striptease y adicionalmente para los interesados podrían prestar sus servicios sexuales en un cuarto en un rincón, que era una pocilga cobrada a costo de Suite del Sheraton.

Ese cuarto era el eje del sitio: allí fornicaban con los clientes, allí se cambiaban antes y después de los stripteases, y (este es un secreto solo revelado hasta hoy y conocido solo por un cerrado circulo de 50 personas) allí quedaba la caja fuerte del negocio donde varias veces por noche se guardaba el dinero de la venta. Allí junto a la caja fuerte quedaba el arsenal.

El arsenal constaba de cinco consoladores de goma de diversas formas y tamaños. Particularmente había uno que parecía en forma y tamaño a la pata de un butaco. Dejé de trabajar allá y nunca vi que nadie lo usara. Yo esparcí el rumor que la última mujer que lo había usado había muerto, y que cuando la discoteca estaba cerrada en el cuarto se oían sus gemidos.  Tal vez esa fuera la causa.

Estos negocios tienen su propuesta de valor basada en tres cosas:
  • ·         Alcohol, a raudales, así se embellece lo que sea.
  • ·         Oscuridad que impide ver los detalles
  • ·         El exceso de maquillaje  y perfumes

La saturación que la combinación de estas tres cosas logra en los sentidos hace que una especie de Pokemón en chanclas que llega a las 8pm al negocio se convierta en una belleza a lo Taliana Vargas y de ahí en adelante usted como cliente está llevado y condenado a amanecer dormido junto a la señora de Chucky.

Mis funciones eran las siguientes:
  • ·         Manejaba las llaves del cuarto. Por tanto, salvo las fornicaciones, yo debía permanecer allí mientras alguien estuviera usándolo. En las fornicaciones lo que tocaba hacer era que al salir el usuario yo debía entrar corriendo y validar que lo único que no hubieran violado fuera la caja fuerte.
  • ·         Era barman de un sitio que solo vendía aguardiente y vino de manzana. Así que mi conocimiento de cócteles era nulo. Lo más aproximado a un coctel que hacía era recoger cuidadosamente todos los sobrados de aguardiente que quedaban para al final de la noche tener una botella completa, que vendía en efectivo al primer ebrio que lo necesitara. Si, lo sé, es un crimen, es cochino, pero pagó mi universidad.
  • ·         Era escolta de desnudista, me explico: cuando una de las muchachas iba a hacer su show me tocaba acompañarla al único cuarto del sitio para que se pusiera su atuendo artístico, para que eligiera del arsenal el aparato con el cual iba a hacer su show y finalmente la llevaba hasta la pista. Durante el show vigilaba que nadie fuese a propasarse con la artista en ejercicio, y al finalizar el show me tocaba envolver a la dama en una toalla y conducirla al cuarto donde debía ducharse y volver a salir en traje de romance. Recibía de nuevo el aparato y lo guardaba en el arsenal.
  • ·         Asesoraba en los clientes en la escogencia de la chica de sus sueños. Esto funcionaba como cuando en un asadero el mesero le pregunta “¿su carne en que término la desea?” y cuando el mesero llega a la barra no le dice a nadie nada y usted recibe siempre la carne como caiga. “Hermano, decían los borrachos,  consígame una vieja bien buena que me acompañe aquí y le doy su propinita”. Yo me arrimaba al sitio donde estaban los Pokemones esperando llamado y le decía a cualquiera que se acercara a la mesa. Siempre obtuve propina por tan buena escogencia, y cuando más me daban propina era cuando les llevaba los gurres mas horrorosos. El azar apoya la desidia.

El show en si mismo era una rutina simple. Era en la pista o en el tubo. Un disco que normalmente uno de Alejandra Guzman donde decía que estaba loca o Dur Dur D'étre Un Bébé de Jordy*. Nunca entendí por que eran estos discos y no otros, nunca supe quien los eligió o por que. Pero funcionaban y así se quedaron. Lejos de la sofisticación de Leave your hat on o algo así…..

Luego venia la función con la elección del arsenal, debidamente recubierto, que causaba asombro y recalentamiento en la clientela. Vale la pena aclarar que eran los 90, es decir, los juguetes sexuales eran cosa mitológicas que gente traía de otras partes, como el que tiene una Matrioska en la sala de la casa. No como hoy que los consoladores salen en los corn flakes y uno le regala a la suegra de cumpleaños. Y las hijas de 15 años piden uno en lugar de una fiesta con vestido rosa.

Recuerdo mucho al DJ del sitio. Era defensor de la marihuana para fines no medicinales, entraba en “flow” con la gente y ponía muy buena música. Eso si, era un cuadrúpedo al hablar. Recuerdo bien una vez en que dijo esto: “Señoras y señores, ahora nuestras lindas chicas van a salir a la pista y les van a deleitar con una hermosa ecografía” y otra vez: “..aqui les pongo el éxito de Tito “Ahora contigo” por que sintigo yo soy nada”

Mis primeras dos o tres semanas en el cargo fueron muy duras, literalmente. Yo, universitario inocentón, viendo tres stripteases por noche me hallé de pronto en el paraíso del morbo con un sistema circulatorio que trabajaba a la perfección. Luego uno se acostumbra y ya finalmente se queda dormido mientras hacen los shows, o aprovechaba para hacer tareas de la universidad. No fueron pocos los trabajos de resistencia de materiales que me tocó preparar durante stripteases. Supongo que resolver un ejercicio de ingeniería mientras ocurre un striptease en una discoteca habla mucho de mi poder de concentración.  

Cuando tenga hijos y a esos hijos tenga que contarles esos cuentos con pretensión de parábolas que le cuentan a uno sus papás, con la intención de guiarlos por el buen camino, me va a tocar pensar como disfrazar esto de tal manera que me salga como el Cirqué du Soleil.


*Jordy era un niñito francés de 4 años que salía haciendo Playback, y la letra del disco decía algo así como “que duro es ser bebé”. Hoy, supongo, debe ser un veinteañero adicto a algo y con papás que lo dejaron en la quiebra. https://www.youtube.com/watch?v=poDszZmN9pU

Ahh y esto es una Matrioska



sábado, 21 de junio de 2014

Estoy en forma: de buñuelo



Es un sueño hecho realidad. Ahora pertenezco a un grupo marginado por la sociedad, después de ser por tanto años un insípido ciudadano del común, ahora pertenezco a un grupo marginado y rebelde: los gordos. Y no es que hasta ahora sea gordo, es que hasta ahora me doy cuenta de que pertenezco a una especia de secta que está acabando con el mundo.

Últimamente me siento como en una película de Zombies donde corro con una escopeta en la mano y me encuentro en el camino con vendedores de Herbalife, nutricionistas, panaderos o cocineros de hamburguesas que me quieren depredar.

Hace unos días me llamaron de una clínica especializada en cirugía bariatrica. Amablemente me ofrecieron sus servicios un psicólogo (no creo que fuera muy bueno porque a los dos minutos de  estar hablando ya me dijo que sin lugar a dudas era apto) un cirujano y un abogado que se encargaría de la demanda a la empresa de salud para que me aprobaran la cirugía. Resultados garantizados. En otras palabras: Ya padezco una condición que hace necesario que recurra a un pool de personajes siniestros para poder ser sobrellevada, como cuando Al Capone llamaba a sus abogados.

En este mundo de flacos con calzoncillos de Calvin Klein ahora yo soy un apátrida seguidor del culto diabólico a Kung Fu Panda o emulo de Peter Griffin. Que cosa tan terrible y emocionante a la vez. Eso me pone en la necesidad de evaluar los pros y los contras de mi despreciable condición

A favor. Presunción de ser buena papa: No hay gordos malos, todos los gordos tienen fama de bonachones. Los niños regordetes son queridísimos, los flaquitos y enteleridos se la pasan en el pediatra con un termómetro en el trasero. En las películas generalmente los regordetes son buenos (salvo el gordito maluco de Jurassic park que se robó los huevitos de Dinosaurio). Es gordo papa Noel, es gordo Barney (aunque lastimosamente creo que también es marica). Uno no imagina raponeros gordos, por ejemplo.

Contra. Hito cartográfico: “señor, ¿Dónde queda la floristería?. Mire allá, allí donde está el gordito… si lo ve?”,”…señora, ¿me puede decir que es lo que está comiendo el gordito?”

Contra. Ser target: ¿Han visto cuantas propagandas hay que ven a los gordos como mercado objetivo? Desde Jorge Hané con una barriga hecha de manteca hasta fajas, elípticas, ungüentos, pomadas, masajes…..la lista no acaba nunca y solo es superada por la lista de quienes venden cosas para engordar (McDonalds, Coca Cola, Postobón, Kokoriko, Dunkin Donuts y mil mas). Hasta cuando uno pasa al frente de una panadería oye como sube el tono de la vendedora que grita a todo pulmón “…salió el pan de mil calientico”.   Los que dan degustaciones gratis en los supermercados te persiguen son un pedazo de salchicha engarzada en un palillo y te dicen con voz meliflua “le ofrezco la degustación de nuestra nueva salchicha sin carne, solo químicos”

A favor: Los bolsillos de los pantalones son fabulosos. Cabe un ipad con estuche y todo. Caben la billetera, dos celulares, las llaves de tres carros.

Mala cosa: presunción de problemas gástricos. Si un gordo está en un grupo de gente y de repente huele como a que alguien soltó un gas, todos pensarán que el gordo fue el culpable. De hecho incluso el gordo lo pensará por un momento.

Ya le he dicho a los dos o tres que leen este blog que admiro a Buda. Y ahora que lo pienso admiro otra cosa más de él. Es el único gordo que conozco que puede sentarse en posición de flor de loto. ¿cómo hará?