martes, 19 de diciembre de 2017

NO MAS NIÑOS FEOS

Entiendo que es natural que todo mundo quiera a sus hijos, es de hecho, un asunto biológico. Pero la verdad creo que ya es hora que alguien ponga en cintura a los padres de niños feos. Ese cuento de que todo recién nacido es lindo es lo más falso del mundo: hay niños pequeños feos, y muchos. Tienen el consuelo que tienen unos cuantos años de gracia antes de que el tema se les vuelva relevante, pero hay feos.


De padre de niño feo uno tiene que ser realista, al igual que el papá de un niño que es brutico. Uno debería omitir demasiadas fotos de los niños feos, y menos publicar cada foto en las redes sociales. Es común que uno encuentre fotos de un niñito que parece un Gremlin con una nota al pie que dice “mi princesa despertándose”. A uno le queda claro que la realeza está cada vez más por el piso. No hagan eso, por favor no nos castiguen. Entiendan que uno después de ver esa foto debe seguir su día.

Los papás de niños feos, para agravar la cosa, publican más fotos que los papás de los niños bonitos. En los segundos existe cierta preocupación por la privacidad de su niñito y le da susto que tanta foto los vaya a perjudicar. Por el contrario los papás de niños feos consideran que es su deber compartir la foto del niño la primera vez que hizo popó en una bacinilla, o una selfie con el pedazo de cordón umbilical que se le acaba de desprender.

Una cosa que deben entender es que todos los niños son muy inteligentes, no solo el suyo. Es mamón el discurso de “…él es súper entendido, con un año y ya agarra el celular y hace como si fuera a llamar”. Discúlpenme, eso y mil cosas más lo hacen todos hoy. Su niño, independientemente de si es bonito o feo, puede ser también inteligente o bruto, pero se lo garantizo, va a estar en la media. Por eso la media se llama media, porque el 99% de todos estamos ahí.

Tienen entonces los padres de niños feos que esconder su pequeño monstrito en un sótano y darle de comer por debajo de la puerta? No!!!  No se trata de eso. Se trata de que ya vivimos bombardeados de demasiada información negativa de las redes, los noticieros, el calentamiento global, para que encima de todo uno abra la foto del Whatsapp de alguien y salga una cría de chucky empeloto con un mensaje que dice: “mi primera diarrea”.

Hay formas de manejar estos temas, obvio con moderación, se me ocurren algunas:
  • Mire cual es el ángulo menos malo de su hijo, y tómele fotos por ese lado. O en últimas tómele fotos de espaldas jugando con un balón, el balón ojalá de muchos colores y llamativo.
  • Compre un perro feo. Los perros feos, a diferencia de los bebés feo, son súper graciosos. Si usted tiene un bebé feo y un Pug, cuando tome una foto de los dos, la gente va a totearse de la risa con el Pug y seguramente olvidará el mal momento de ver su feo retoño. Eso si, corre el riesgo que alguien le diga : “Tan lindos tus gemelos”
  • Tómele fotos haciendo muecas, por ejemplo chupándose un limón. La mueca hace irrelevante que el niñito sea feo.

Creo que el avance en los sistemas aún se queda corto en este asunto. El antivirus, creo yo, debería detectar fotos de niños feos. Los señores que manejan redes sociales bloquean cuando sale una foto de Esperanza Gómez mostrando una teta, pero no bloquean ese niño espantoso que parece un manojo de pelos salido de un sifón.

Miren señores papá de niños feos, ustedes deben sufrir su castigo en privado. No le saquen fotos a su Benjamin Button. No le interesa al resto de la sociedad. No hay fundaciones ni gente dando plata para los niños feos. No nos castiguen, se los suplicamos. Uno se paniquea porque tanta foto de niño feo le hace pensar a uno que en 15 años estaremos llenos de adultos feos, que Miss Universo se va a acabar por sustracción de materia, que los Jeans Diesel los va a promocionar Paquita la del barrio. Dennos por favor la oportunidad de creer en un mundo mejor.

Mi generación vivió antes de toda esta cosa digital de hoy. Tomar fotos era una cosa seria, porque era caro y trabajoso. A usted le tomaban la foto, sin ver cómo quedó uno previamente. Tocaba llevar el rollo, mandarlo a revelar y aportar porque todo saliera bien. Asi que las fotos de mi generación son en general pocas, la gran mayoría con un ojo cerrado, u ojos rojos. En la generación de hoy, las fotos digitales han vuelto esto un infierno permanente de niños feos. Uno pregunta, por mera formalidad, ¿cómo sigue tu bebé? Y siente un miedo enorme cuando ve que le van a responder desenfundado su teléfono celular. Garantizados quince minutos de ver fotos del Gremlin dormido, despierto, berreando, cagado, con un gorro de lana. Uno sale de ahí a comprar condones y 20 pastas del día después.

Creo que el avance en los sistemas aún se queda corto en este asunto. El antivirus, creo yo, debería detectar fotos de niños feos. Los señores que manejan redes sociales bloquean cuando sale una foto de Esperanza Gómez mostrando una teta, pero no bloquean ese niño espantoso que parece un manojo de pelos salido de un sifón.
 
Miren señores papá de niños feos, ustedes deben sufrir su castigo en privado. No le saquen fotos a su Benjamin Button. No le interesa al resto de la sociedad. No hay fundaciones ni gente dando plata para los niños feos. No nos castiguen, se los suplicamos. Uno se paniquea porque tanta foto de niño feo le hace pensar a uno que en 15 años estaremos llenos de adultos feos, que Miss Universo se va a acabar por sustracción de materia, que los Jeans Diesel los va a promocionar Paquita la del barrio. Dennos por favor la oportunidad de creer en un mundo mejor.

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